EL PERDON Y MI TESTIMONIO
- edificandonuestroe
- 29 may 2020
- 2 Min. de lectura
Particularmente me afecta mucho el tema del perdón y por años luché con esto.
Puedo comenzar mencionando el resentimiento que le tuve a mi Papá al divorciarse de mi Mamá cuando yo tenía 9 años y al hacerme sentir no querida.
Fué tanta la rabia que acumulé durante años... El día que falleció, me tocó llevar la cajita con sus cenizas (todavía calientes por la cremación) junto a mis pies en el piso del carro. No fué nada fácil estar durante horas en el camino pensando: “Al fin puedo tenerte conmigo, así sea de ésta manera”, además de tratar de entender por que no me dolía su muerte.
Solo unas palabras de mi tía, abrieron mi corazón para recibir en aquel momento lo que en medio de tal desgracia, me hizo feliz, estas palabras fueron: “tu Papá tenía en su billetera fotos de cada uno de ustedes, y hablaba con la gente de lo orgulloso que se sientía de ustedes y lo mucho q los quería “.
Me asombró el saber que me quería y que se sentía orgulloso de mi, me hizo ver en ese momento que mi rabia, lo único que hizo fue alejarme de él y que ya no podía hacer nada para arreglarlo.
Por muchos años me sentí rota por dentro y con un gran dolor, hasta el día que recibí a Dios en mi corazón y le pedí que me ayudara y sanara mis heridas.
Hugo me dijo:
Perdona, pide perdón de corazón y pon tu vida en las manos de Dios para que la sane. Así que lo primero que hice fue, pedirle perdón a mi papá en oración y perdonarlo.
Desde ese día, sentí que me liberaba de un gran peso que me había tenido oprimida por años. Una de las cosas que hice fue, retroceder en el tiempo, buscando recuerdos bonitos con mi Papá, resultando entonces que si, efectivamente mi rabia los había escondido. Recordé que hasta viví sola con él por varios meses y que hablamos mucho.
Hoy puedo decir, que está claro que el tiempo no se puede retroceder para arreglar los errores del pasado, pero si podemos buscar a Dios para que nos ayude a sanar todas esas heridas ocacionadas por la falta de perdón. Quiero invitarlos para que hagan lo mismo ya que yo puedo dar Fe de que al perdonar y pedir perdón nos liberamos y conseguimos paz. La palabra Dice: Perdona las ofensas a tu prójimo,
y Dios perdonará tus pecados cuando se lo pidas.
Si uno guarda rencor a su prójimo,
¿cómo querrá que Dios le dé a él la salud?
No tiene compasión de un hombre igual a él,
¿y pide a Dios el perdón de sus pecados? ( Eclesiastes 28: 2-4). Entonces, de la misma manera cómo Dios nos perdona, debemos ser capaces de perdonar. Dios nos quiere libres y felices.
Dios los bendiga,
Giselle y Hugo Cardenas.

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